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El país que se cae a pedazos reunió $44 mil millones para la Teletón [Por Mauricio Vidal Guerra]

La Teletón 2025 logró sobrepasar una meta que siempre parece que hasta última hora es difícil de alcanzar. Como las películas donde tú ya sabes lo que va a pasar… Cerca de las 2 de la madrugada, y luego de que la transmisión televisiva iniciara su tramo final con apenas un 51% reunido, la cifra comenzó a escalar impulsada por donaciones anónimas, aportes de empresas y el avance sostenido en sucursales y canales digitales. Así las cosas, Don Francisco anunció que el total alcanzado llegaba a $44.253.268.546, superando en más de $3.700 millones el objetivo de este año. Claramente vale la pena (¿o no?) hacerse la pregunta de cómo un país que según nos dicen hace años que se cae a pedazos en términos económicos es capaz de juntar tal cantidad de dinero.

El impulso final vino tras un aporte que superó los mil millones de pesos por parte de un supermercado, lo que permitió sobrepasar la barrera de los 40 mil millones y asegurar el cumplimiento de la meta que pone nerviosos a muchos chilenos que se empapan con la tensión que se genera en términos comunicacionales en un evento como este. Tras entregar el cómputo, Don Francisco señaló que “tenemos que agradecerle a todo Chile, a los empresarios, a nuestros auspiciadores, a todos los que nos colaboraron”, y al mismo tiempo adelantó que el próximo año dos nuevos institutos en Concepción y Chillán.

Me imagino que el tecito y la marraqueta esta vez si que es dulce y abundante… Crujiente como realmente dice el dicho. Pero cómo es posible que una nación al “al borde del abismo”, con serios problemas económicos, con su sociedad envuelta en miedo y desesperanza, con instituciones prostituidas por la coima y los beneficios personales, con medios de propiedad de los mismos que son empresarios y representantes de gremios, con una clase política que lo que menos da es confianza, y con una población inserta en el temor que florece a raudales en las mentes intoxicadas por noticias crueles y apocalípticas en el día a día, sea capaz de tal acto de generosidad y desprendimiento de recursos…

La verdad sea dicha, el país se cae a pedazos en términos de moral y de ética. De pensar de que si tienes una oportunidad de robar debes aprovecharla, o si ves que se abre la ventana para cometer un ilícito del cual jamás se darán cuenta lo harías sin dudar.

Este es nuestro gran problema.

Porque cuando las élites y las instituciones pierden la vergüenza y los principios éticos, la sociedad también va perdiendo su rumbo. Va dejando atrás, casi como un olvido, la capacidad de proyectarse hacia el futuro, pero al mismo tiempo de no entender ni querer entender el propio presente. La falta de ética puede llevar a una ciudadanía a no sentirse protagonistas de los cambios positivos en su entorno. Y también a no darse cuenta que los entornos en los que se mueve también provocan, para bien o para mal, determinadas situaciones colectivas y personales.

Y con todo lo anterior, se va impidiendo el avance hacia un futuro más justo y sostenible para todos. 

Los discursos calan hondo, “la televisión penetra” decía un antiguo humorista. En realidad son los mensajes repetitivos, y que muchas veces en base a la ignorancia se repiten sin entender las consecuencias de lo mismo que se está diciendo o multiplicando por gusto o por moda.

Pareciera que el país no sea cae a pedazos la verdad…

Más pareciera que se nos caen otras cosas por el despeñadero. La educación en general, la comprensión de lo que se dice, la calidad de los políticos, la moral de algunos dueños de medios de comunicación, la verdad más cercana a la esquiva objetividad, la capacidad de análisis…

Y el respeto, ese que muchos a conveniencia prefieren que ya no exista con tal de poner sobre la mesa esos discursos que convencen a una población, que penosamente, tal vez ni siquiera vea otras realidades como las claramente reflejadas en las últimas horas.

Por Mauricio Vidal Guerra, periodista, director ZonaZero.cl