“Nadie puede proclamarse dueño exclusivo del maritorio” (Por Comité del Patrimonio Ancestral y Territorial de Chiloé)
Hace unas semanas se reactivó de manera sorpresiva y profundamente inquietante la solicitud de 700 mil hectáreas de ECMPOs en Aysén, las mismas que el año 2024 fueron rechazadas por la CRUBC regional. Hoy vuelven a imponerse sobre nuestras comunidades sin consideración por las consecuencias humanas, sociales y económicas que esta decisión arrastra.
El fallo de la Corte Suprema del 11 de noviembre señala que los argumentos utilizados para rechazar estas solicitudes fueron arbitrarios. Con ello, quienes vivimos del maritorio quedamos sin defensa ante una pretensión territorial que no reconoce nuestra historia ni nuestra existencia cotidiana. Se invalida todo el esfuerzo legítimo de quienes hemos protegido y utilizado el mar de manera responsable por generaciones.
Nos preguntamos entonces qué más se necesita para que se entienda una verdad simple y evidente para cualquier habitante del sur de Chile: todos somos y hemos sido parte del mar, por geografía, por cultura y por historia. Nadie puede proclamarse dueño exclusivo del maritorio, desplazando a miles de ciudadanos que ejercemos usos consuetudinarios en oficios tan nobles como la pesca artesanal (bentónica, jaibera, merluzera, robalera, centoyera, machera y almejera) que con su ingeniosa y valiente labor alimenta la mesa de los chilenos con productos reconocidos en el mundo entero; la carpintería de ribera, orgullo patrimonial que incluso la UNESCO ha reconocido; la recolección de orilla ejercida por mujeres que hacen de esta labor el sustento de sus hogares; el pequeño turismo marítimo; los oficios de navegación ancestral; los emprendimientos familiares ligados al mar y que con esfuerzo han contribuido con fuentes de empleos, los servicios portuarios fundamentales para el abastecimiento regional, combinado con el transporte de carga terrestre de gran soporte en la cadena de suministro; la salmonicultura, que constituye la principal fuente laboral del sur austral.
Todo esto no es solo economía. Es identidad. Es memoria. Es herencia. Son tradiciones que nos dieron vida y que aún hoy nos hacen sentir ese vínculo profundo y libre cuando miramos el mar. Ese mar que nunca nos dividió… hasta ahora.
Nos duele profundamente ver cómo la Ley Lafkenche, en vez de unirnos entre comunidades, está siendo utilizada como un arma para fracturarnos. Lo decimos con claridad: hay grupos que, amparados en ONG y financiaciones de procedencia incierta, están impulsando el conflicto, la tensión social y el enfrentamiento entre vecinos. Nos preocupa que estas influencias externas utilicen como visa a la ley lafkenche para levantar barreras, dividirnos territorialmente y sembrarnos el miedo. Que destruyan nuestra convivencia comunitaria que hemos construido por generaciones. Toda esta situación golpea nuestra subsistencia y amenaza la estabilidad de miles de familias que vemos pasar el tiempo sin soluciones sintiendo como el futuro se vuelve cada día más incierto.
Nuestro trabajo, nuestra historia y nuestro mar se están volviendo socialmente invisibles, empujados a la sombra por un estado que ha sido incapaz de enfrentar y resolver este conflicto que él mismo abrió de par en par. No aceptamos seguir siendo olvidados ni sacrificados en decisiones que no consideran nuestra realidad.
Exigimos a quienes hoy gobiernan que nos traten con dignidad y que respeten nuestra pertinencia marítima. Nuestra historia también nos legitima. Somos hijos del mar tanto como cualquiera, y no permitiremos que se nos relegue ni se nos desconozca en nuestro propio territorio.
Finalmente, decimos con firmeza al poder político: ustedes crearon este problema y hoy se les escapó completamente de las manos. No pueden arrastrarnos a un callejón sin salida. Tienen el deber de conducirnos hacia un desarrollo justo, equilibrado y sin privilegios para unos pocos. No, nos desafíen a perder la esperanza ni la paciencia, somos miles de familias que solo queremos vivir en paz , trabajar con honradez y seguir heredando el mar a nuestros hijos, manteniendo nuestra pertinencia histórica llena de sabiduría y cultura mitológica heredada de nuestros chonos y huilliches.
Comité del Patrimonio Ancestral y Territorial de Chiloé
Organizaciones firmantes:
-Manuel Levin, Miembro representante del consejo mayor de caciques y pueblo ancestral huilliche de Chiloé.
-Oscar Millalonco, Educador ancestral- Chilote Huilliche de Chiloé.
-Pedro Peranchiguay, Representante de los Carpinteros de Riberas.
-Claudio Pichaud, Pesca artesanal, presidente comité de jaiberos, Ancud.
-Teresa Calfunao, Vicepresidenta asociación gremial mujeres contra corriente de Chiloe, presidenta sindicato áreas conexas, Ancud.
-Manuel Diaz Representante, Transporte de Carga Terrestre, Dalcahue.
-Erwin Palma, presidente Asoducam (asociación de dueños de camiones de castro) y Director de la confederación nacional del transporte de carga (cntc)
-Pedro Pairo, presidente sindicato Pesca Artesanal Quellón y director mesa regional bentónica.
-Sergio Mayorga, presidente Federación pescadores de Chiloé y director de Corepa.
-Marta Oyarzo, presidenta la Coordinadora Nacional de trabajadores del Salmon y directora de la asociación gremial de mujeres trabajadoras de plantas de alimentos y consumo humano.
-Marcelo Lipka, vicepresidente de la Multisindical de trabajadores del Salmon, en Chiloe.
-Paula Arriagada, presidenta de la Federación trabajadores del Salmon, Quellón y Directora de Red Mussa en la región.
-José Low, presidente asociación de pequeños empresarios de productos de mar, en Quellón.
-Carola Barria Leviguen, presidenta sindicato trabajadoras independiente de Dalcahue.
Julio Candia, presidente da la Cámara de comercio, Castro.
