El 28 de enero de 1929, el presidente de la república, Carlos Ibáñez del Campo, designaba al abogado Manuel Chaparro Ruminot, como Intendente de la provincia de Magallanes.
Chaparro había nacido en Chillán el 22 de enero de 1894. Siendo muy niño se trasladó con sus padres a vivir a Santiago, donde cursó estudios de humanidades en el Liceo de Aplicación y luego, en la facultad de leyes en la Universidad de Chile, en donde se tituló de abogado en noviembre de 1917 con una tesis, que con el correr del tiempo, se transformaría en un clásico de las Ciencias Sociales: “Estudio económico-administrativo-social del Territorio de Magallanes”.
Es un texto sorprendente, porque revela las esperanzas que deposita Chaparro en el futuro del austro. En un párrafo expresa su admiración por la capacidad organizativa de los trabajadores de la Patagonia: “Admiré principalmente la vida del obrero magallánico, injustamente calificado de anarquista y revolucionario, entre los cuales no existe la ebriedad y en los que el analfabetismo está casi extirpado, cosas ambas que solo en Magallanes pueden verse dentro del país”.
Es importante considerar este libro, porque representa el marco teórico, en el cual descansarán, muchos postulados ideológicos que darán vida al movimiento político conocido como Legión Cívica, origen del partido Regionalista de Magallanes.
De modo que cuando Chaparro es nombrado Intendente, presentaba una brillante hoja de servicios, casi todos realizados en el territorio. En 1919, ya radicado en Punta Arenas, es nombrado secretario de la Gobernación. Posteriormente se desempeñó como abogado de la Junta de alcaldes.
Por tanto, su nombramiento como Intendente no sorprendió a la comunidad magallánica. En su administración le correspondió poner en marcha el aparataje estatal, con la creación de la provincia de Magallanes, lo cual implicó además, fundar y hacer funcionar los departamentos de Última Esperanza con capital en Puerto Natales y de Tierra del Fuego, con capital en Porvenir.
Este momento histórico significó en la praxis, que los magallánicos tenían ahora, derecho a voz y voto para elegir a sus autoridades, presidenciales, parlamentarios y municipales. En ese contexto, se constituyeron varios partidos políticos; entre otros, el regionalista, el socialista; se reactivaron otros, como el radical y el comunista y algunos movimientos socialcristianos.
Las primeras elecciones libres que se desarrollaron en el austro, fue de diputados, las que se realizaron en marzo de 1933. A este acontecimiento le sucedió la elección de regidores (concejales) en 1935, y por último, la presidencial, el 25 de octubre de 1938.
Manuel Chaparro fue un hombre muy cercano al presidente Carlos Ibáñez. En consecuencia, no es de extrañar que se mantuviera en el cargo hasta que se produjo la renuncia del primer mandatario, el 26 de julio de 1931.
Este período, al que muchos historiadores suelen denominar de “Anarquía política”, afectó profundamente la estabilidad administrativa de la provincia. Durante el breve tiempo que duró el gobierno del radical Juan Esteban Montero, 1931-32; los meses que siguieron con la entronización de la República Socialista, con sus distintas juntas de gobierno, desde el 4 de junio al 30 de octubre de 1932 y, prácticamente toda la segunda administración de Arturo Alessandri (1932-1938), Magallanes tuvo como intendentes al contralmirante Braulio Bahamondes, el teniente coronel Luis Tapia, a Carlos Jara Torres, a Arturo de la Cuadra, al general René Ponce del Canto, y, a Santiago Pérez Peña.
Consignemos que varios problemas con las organizaciones sindicales debió enfrentar el intendente De la Cuadra, que se agudizaron, cuando el gobierno a nivel central resolvió decretar estado de sitio en todo el país, por la serie de huelgas que el presidente Alessandri consideró como “subversivas”.
De la Cuadra, en un exceso de sus atribuciones, procedió a relegar al director del vespertino “El Magallanes”, Alfredo Andrade Bórquez, y, a varios dirigentes del Sindicato de Campo, Frigoríficos y Oficios Varios, de Puerto Natales, entre los que se hallaba el futuro diputado por la provincia, Juan Efraín Ojeda. En su encono, pretendió, en una acción inconstitucional, intervenir y clausurar las sesiones municipales, lo que le granjeó la odiosidad de la comunidad. Ante la resistencia popular, el presidente Alessandri no tuvo más remedio que proceder a destituirlo.
En una de sus últimas resoluciones, Arturo Alessandri nombró, el 9 de diciembre de 1937, al diplomático, Alfredo Rodríguez Mac Iver como primera autoridad de la provincia, quien, fue ratificado en el cargo, luego de la asunción a la primera magistratura de la nación, del profesor y abogado radical, Pedro Aguirre Cerda, el 24 de diciembre de 1938.
Aún más. Le cupo el honor de organizar y presidir, a nombre del gobierno, las distintas manifestaciones de reconocimiento dispensadas por la comunidad magallánica, a la recordada gira presidencial que hiciera al austro Pedro Aguirre Cerda, en la segunda quincena de noviembre de 1939, y que incluyó visitas a Punta Arenas, Porvenir y Puerto Natales.