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Vote por Magallanes… [Por Mauricio Vidal Guerra]

Magallanes fue en la historia la primera región que rompió el binominal, y desde ese momento la historia política también fue cambiando desde el extremo sur. Mientras el sistema binominal mantuvo el empate político en todo Chile durante más de dos décadas, solo Magallanes logró desafiarlo. Primero fue Carlos Bianchi el que hizo historia al vencer a los grandes bloques nacionales, marcando un hito único en la política electoral del país.

Posteriormente se ha repetido el escenario. Y en otros lugares del país también se ha intentando avanzar desde ese concepto. Pero no es igual. El hecho de que durante más de veinte años, el sistema binominal definió las reglas del juego político en Chile, fue garantizando una representación casi idéntica entre los dos grandes bloques —Concertación y Alianza—, impidiendo que un sector se impusiera sobre el otro salvo que doblara en votos. Ese diseño hizo prácticamente imposible que un candidato fuera electo sin el respaldo de una de las dos coaliciones dominantes.

Así las cosas, lo que ha ocurrido por años, se vuelve a repetir en cada elección. Salvo las excepciones antes señaladas. Porque la verdad sea dicha, es muy conveniente para los partidos tradicionales, y para los bloques históricos… Que para algunos han sido la piedra de tope para cambios importantes que ayuden a la ciudadanía. Finalmente, siempre lo han sabido los candidatos, si no van por una lista o un conglomerado (sea cual sea) las posibilidades de salir electos es mínima. Salvo en Magallanes.

Desde este lado del mundo se rompió la lógica binominal. La elección de alguien sin pertenecer a ningún partido político ni pacto tradicional, significó la única vez en Chile que el sistema fuera quebrado por al lado de los grandes bloques.

El fenómeno marcó un antes y un después en la historia electoral del país. Por primera vez, un independiente lograba irrumpir en un sistema diseñado para mantener la estabilidad del duopolio político.

El discurso centrado en la defensa de la región frente al centralismo, y quienes representan a partidos mandatados desde el centro, sigue haciendo sentido para muchos a nivel local.

O por lo menos pareciera que sigue teniendo lógica ese precepto… Porque más allá de pertenecer a una tienda política (con todo lo que eso significa), se ha intentado construir un escenario nacional para temas que debieran ser netamente regionales. Es eso lo que pretendemos exponer en estas líneas. Miremos con responsabilidad e inteligencia a quiénes entregaremos la confianza de nuestra representación.

Busquemos a los que tienen experiencia, a los que conocen lo que es estar en un Parlamento y no pretendan seguir la corriente de sus partidos, si no que sigan las necesidades de nosotros los habitantes. Que se alineen con la ciudadanía más que con sus bancadas. Los magallánicos esperamos esa autonomía en la toma de decisiones que demuestre una sincronización con lo actual, con lo que falta, con lo que se escucha en los barrios y poblaciones, no en la tele, ni en las redes sociales de una u otra candidatura.

Finalmente, en el fuero interno cada uno sabrá qué es lo mejor para la región, sin caer en demagogias y falsas promesas. Necesitamos representantes de nosotros, no de un Presidente específico ni de una corriente particular. Que sean militantes de la “magallaneidad”.

En estos tiempos donde los jóvenes que recién parten en el camino de la vida, y la esperada y necesaria autonomía, vemos con tristeza la falta de respeto y de educación. El mirar en menos a la experiencia y el conocimiento. La sensación de ser irremplazables que finalmente les golpeará la cara sin que se den cuenta. Esa inmadurez es la que podría arrojar desorientación también cuando deban asumir el deber de votar. Por lo mismo, es cuestión de los más grandes el poder generar esa conciencia, ese deber ser que está vinculado en dónde vivimos y hemos crecido.

Nuestras generaciones hemos crecido de manera distinta a las actuales. Lo que no justifica una mala educación o una falta de respeto de quienes hoy caminan los ventitantos… Tampoco nos justifica a nosotros de no hacer lo que debemos hacer.

Que la historia nos ayude a recordar quiénes somos y qué hemos querido y necesitado por décadas. De lo contrario, ese poco respeto por lo nuestro, esa educación perdida, esa soberbia del ignorante, nos llevará al despeñadero.

Lo que ocurre en Magallanes siempre será más que una anécdota electoral. Será una expresión de identidad. Porque seguramente mientras el resto del país vota alineado a bloques nacionales, nuestra región buscará por los años de los años su propio camino político… Para nunca olvidar la independencia en la toma de decisiones, la gestión territorial, y la fundamental cercanía con los propios.

Mauricio Vidal Guerra, periodista, director ZonaZero.cl