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Fiscalización y transparencia en las ONG’s ambientales: Un derecho ciudadano [Por Marco Antonio Pinto]

Las ONGs ambientales en Chile han generado un intenso debate en relación con su impacto en el crecimiento económico y el desarrollo de proyectos productivos. Algunas de estas críticas argumentan que estas organizaciones desvían recursos que podrían ser utilizados en proyectos gubernamentales o en la creación de infraestructura necesaria para el desarrollo del país y sus regiones. Asimismo, la actividad de las ONGs ambientales puede tener consecuencias negativas en el crecimiento económico, especialmente en regiones como Magallanes, donde la economía local depende en gran medida de la explotación de recursos naturales y procesos productivos como forestal, ganadería y acuicultura. La incertidumbre y la falta de claridad en la regulación ambiental sobre estas empresas es real, ya que ellos impulsan y critican los procesos productivos dentro del territorio nacional retrasando el crecimiento económico y provocando tensiones y conflictos, ya que muchas veces transgreden las áreas o recintos privados sin recibir sanciones.

En la misma línea, muchas de las mal llamadas ONGs ambientales, utilizan este paraguas para obstaculizar el desarrollo de proyectos productivos importantes para el país, lo que puede tener un impacto negativo en la economía y en la creación de empleos dentro de las regiones. Al mismo tiempo, nuestro país tiene nula jurisdicción sobre la fiscalización de estos organismos. Los cuales en sus páginas presentan nula transparencia sobre la procedencia de los fondos con los cuales articulan campañas y estudios de investigación, esto es porque los gastos generados por ellos son similares a los realizados por cualquier científico nacional, que se adjudique un FONDECyT regular o un proyecto CORFO. Esta falta de claridad y colaboración que tienen estos grupos se mueven entre estas “organizaciones ambientales” , por lo que se necesita con urgencia una evaluación, que sea promovida desde la cámara de diputados y/o senadores, para generar una legislación que regule su desarrollo en el territorio nacional, evaluando sus ingresos y entidades patrocinantes.

Además, es necesario mencionar que las ONGs ambientales en Chile han son objeto de controversia, especialmente en relación con su Intromisión en la política pública, que menudo influyen en la formulación de políticas dejando de lado los datos científicos reales y basándose en ideologías y una visión sesgada, lo que puede llevar a la implementación de regulaciones más estrictas que afectan negativamente a los sectores productivos. Su capacidad para movilizar a la opinión pública y generar presión puede resultar en decisiones que priorizan la conservación sobre el desarrollo económico, lo que puede ser percibido como una intromisión en el proceso democrático, esto se observó con claridad cuando en el senado se celebró el día mundial de los océanos, dirigido por el senador Ricardo Lagos Weber y dentro de las instituciones invitadas figuran varias ONGs, en conjunto con el Instituto Antártico Chileno, Universidad de Concepción, Universidad de Valparaíso. Dentro de esta celebración, un representante de Blue Marine Fundation, indicó claramente que la salmonicultura es un lunar dentro de nuestro territorio. Como profesional en las ciencias del mar me pregunto, cómo una empresa que genera el segundo PIB más importante del país, desarrollo empleos y movilidad económica en la zona sur del país es un lunar y como los representantes de las diversas entidades presentes aplauden esto sin criticar.

Otros de los efectos negativos es el retraso en proyectos productivos: La oposición de las ONGs a proyectos como la salmonicultura puede llevar a retrasos significativos en la aprobación de permisos y licencias. Esto no solo afecta la inversión y el crecimiento del sector, sino que también puede tener repercusiones en el empleo y la economía local, especialmente en regiones donde la salmonicultura es una fuente importante de ingresos. A su vez las ONGs ambientales generan aumento de costos en las empresas, las cuales se ven en la necesidad de cumplir con regulaciones más estrictas, a menudo impulsadas por la presión de las desarrolladas por ONGs, puede llevar a un aumento de costos. Estos costos adicionales pueden desalentar la inversión, limitar la competitividad y reducir la capacidad de crecimiento de las empresas en sectores como la pesca y la acuicultura.

Sumado a lo anterior existe un desplazamiento de prioridades económicas, que son generadas por La fuerte presencia de ONGs ambientales en el territorio nacional, las que puede llevar a que se desplace la atención de generar inversión económica dentro de un área en favor de la conservación. Esto puede resultar fatal para el desarrollo económico de una región debido a la reducción en la inserción de capital, lo que limita la creación de nuevas infraestructuras y servicios que son esenciales para el crecimiento, afectando la calidad de vida de los habitantes y limitando las oportunidades económicas. Creando un ambiente adverso para la inversión, donde los potenciales inversores perciben riesgos elevados. Esto puede llevar a la desinversión o a la decisión de no entrar en el mercado regional, lo que terminan afectando el crecimiento económico a largo plazo de una localidad.

Por lo que es crucial que exista regulación legislativa sobre las ONGs presente en el territorio, con la finalidad de equiparar el campo de juego con las empresas, limitando su presencia en las instituciones públicas y evidenciando la procedencia de sus fondos al momento de formalizar su posicionamiento dentro del territorio chileno. Si bien es necesario y crucial la protección del medio ambiente, también debemos permitir el crecimiento económico y el desarrollo de proyectos productivos puede ser significativos, especialmente en regiones donde la economía depende de industrias como la salmonicultura. Es fundamental encontrar un equilibrio que permita la conservación y el desarrollo simultáneamente regulado por el estado y no por entidades que no le rinden cuentas al gobierno de nuestro país.