Carlos Odebret, presidente de la Asociación de Salmonicultores de Magallanes, se refirió a los desafío de la industria en Magallanes, pero también a nivel global, y apuntó a la profundización de acercarse a la ciudadanía y dar a conocer aún más lo que hacen en la producción del alimento y todo lo que ello conlleva.
“El desafío es entonces explicar y abrir nuestro sector. Porque nos preocupa cómo se ha ido instalando una visión sesgada de la industria y cómo de eso va influyendo en las decisiones de políticas públicas”, enfatizó, dijo en entrevista a La Prensa Austral. “La salmonicultura es una actividad muy eficiente. Se requiere un poco menos de 2 mil hectáreas para emplear a 4.000 personas de manera directa, 3.000 indirectos, cientos de pequeñas empresas y exportaciones por US$655 millones. El salmón es una de las proteínas de menos huella de carbono y es muy positiva para la salud de las personas, eso explica el crecimiento sistemático de su demanda. Pese a ello, somos una actividad que está sometida a muchas presiones por ONG transnacionales. En materia ambiental también hay importantes avances. Landes invertirá casi US$30 millones para una planta especializada en la transformación de los residuos orgánicos de la industria, apuntando fuertemente en la ruta de la economía circular. El desafío es entonces explicar y abrir nuestro sector. Porque nos preocupa cómo se ha ido instalando una visión sesgada de la industria y cómo de eso va influyendo en las decisiones de políticas públicas”.
Al mismo tiempo, Odebret dio a conocer su mirada respecto del conflicto que se está viviendo en Tierra del Fuego sobre el futuro de Nova Austra: “Si bien Nova Austral es una empresa que no forma parte de la Asociación de Salmonicultores de Magallanes, la situación por la que se encuentra atravesando actualmente la empresa crea una fuerte incertidumbre para sus trabajadores y para los habitantes de la zona. Por ello creemos que debe resolverse de buena manera ya que la comunidad será la más afectada. Entendemos que Nova Austral se encuentra en un proceso de relocalización de hace 12 años que no ha sido resuelto con éxito. Esto sin duda es perjudicial y, en esa línea, debemos preguntarnos cómo logramos mantener la actividad en la zona de forma sostenible con el medio ambiente, porque eliminarla o frenarla de plano, como algunos proponen, definitivamente no es la solución al problema”.
El representante de los salmoneros habló del tema medioambiental y los desarrollos que se han logrado y también en los que se están trabajando de manera continua: “Desde el punto de vista tecnológico, los centros de cultivo realizan un monitoreo del agua donde reportan cada tres minutos a la Superintendencia del Medio Ambiente ciertos indicadores de interés. También se realizan monitoreos periódicos de las condiciones del fondo marino, evaluaciones que se suman a las que llevan a cabo las autoridades de manera independiente. Por otro lado, como Asociación de Salmonicultores de Magallanes estamos fortaleciendo el programa de limpieza de playas, especialmente en el seno Skyring, pues pese a todas las medidas de prevención, las inclemencias del tiempo, con vientos de más de 100 km/h, provocan que algunos residuos queden en las playas aledañas. Respecto al uso de antibióticos, ha ido en aumento la cantidad de centros certificados como libre de ellos, mientras que, frente a los escapes de peces, entre 2012 y 2020 se registraron sólo dos episodios en la región, lo que representa un 1% de los peces escapados en el periodo de análisis, frente a 38 en la Región de Los Lagos y 23 en Aysén. Dejemos que las cifras hablen. En materia ambiental, la Superintendencia ha realizado 11.753 fiscalizaciones en salmones los últimos 11 años, un 32% de todas las fiscalizaciones de Chile. Es decir, es el sector más fiscalizado del país. Han tenido un procedimiento sancionatorio un 11,8% de estas fiscalizaciones, lo que significa que es el segundo sector con mejor tasa de cumplimiento”.