Durante la Guerra de la Independencia no se concedió gran importancia a la consolidación de la soberanía chilena en el Estrecho de Magallanes, por razones obvias. Sin embargo, el General Bernardo O’Higgins Riquelme siempre tuvo plena conciencia del gran significado que tenía para Chile la posesión de esta vía natural de unión de ambos océanos. Tanto fue así, que lo consignó en la Constitución de 1822. Aún después de alejado de la primera magistratura, escribía desde el Perú a las autoridades chilenas, recomendándoles una toma formal de posesión del Estrecho.
A lo anterior se sumaron tres hechos significativos: primero, el advenimiento de la navegación a vapor otorgó a esta vía la importancia que le había restado la ruta del Cabo de Hornos; segundo, el notable incremento de expediciones científicas extranjeras era indicativo de que la región estaba siendo foco del interés internacional, y tercero, Inglaterra se había tomado hacía poco las Islas Falkland y era lógico prevenir que ocurriera algo similar, de parte de cualquier potencia marítima extranjera en el futuro próximo.
Por tales motivos, el gobierno del General Manuel Bulnes Prieto ordenó al Intendente de Chiloé, Comisario contador de Marina, don Domingo Espiñeira Riesco que organizara una expedición para instalar una población en Magallanes.
La misión fue encomendada al Capitán de Fragata Juan Guillermos, Capitán de puerto de Ancud, quien dirigió la construcción de una goleta y seleccionó a los tripulantes. La nave fue bautizada con el nombre de «Ancud» y zarpó desde Chiloé el 22 de mayo de 1843 con una tripulación de 9 hombres, complementada con 8 miembros de la futura guarnición del fuerte que se fundaría, cuatro familiares de éstos y el naturalista alemán Bernardo Phillipi.
Finalmente, en Curaco se les incorporó el lobero Carlos Miller, que sirvió como práctico, con lo cual la expedición quedó integrada por 23 personas. En la pequeña bodega se estibaron víveres para siete meses y sobre cubierta se transportaron dos cerdos, tres perros, una pareja de cabros y varias gallinas, destinados a reproducirse en Magallanes, con lo que la goleta parecía una pequeña arca de Noé.
Después de casi 4 meses de navegación muy accidentada por las inadecuadas características de la nave para afrontar los embates del tiempo imperante en el extremo austral, el 21 de septiembre llegaba a su destino, recalando en una pequeña ensenada adyacente a Punta Santa Ana (hoy Puerto de Hambre), donde el Capitán Juan Guillermos, tomó posesión solemne del Estrecho de Magallanes en nombre del Gobierno de Chile.
Dos días después, arribó a la región el buque francés «Phaeton», cuya tripulación bajó a tierra para izar la bandera francesa. El Capitán Juan Guillermos envió una nota de protesta, a la que los franceses respondieron que no pretendían ejercer soberanía, zarpando poco después.
Previa colocación de un letrero en tierra que decía: «República de Chile. Viva Chile» , la goleta siguió viaje hasta la boca oriental del estrecho, explorando la costa para ubicar un lugar apropiado para la construcción del fuerte.
Fondearon en los actuales lugares de Punta Arenas, Pecket Harbour y Bahía Gregorio, donde Phillipi observó tierras pastosas y aptas para la ganadería.
Tomaron contacto con indios tehuelches, con quienes intercambiaron objetos por carne y pieles. De regreso fondearon en Bahía Catalina y en la desembocadura del actual río de las Minas, donde encontraron carbón, lo que produjo gran alegría.
Decididos ya a instalarse en Punta Santa Ana, iniciaron la construcción del fuerte. El día 28 arribó el bergantín norteamericano «Scapewing», cuyos tripulantes asistieron a la inauguración del fuerte, que denominaron «Bulnes» en honor al Presidente gestor de la comisión.
En tierra se dispararon 21 cañonazos, que fueron contestados por la nave extranjera. El fuerte Bulnes quedó terminado el 11 de noviembre del mismo año. Se desembarcaron los víveres y materiales y el Capitán Juan Guillermos entregó el mando al Teniente Manuel González Hidalgo, a quien nombró Gobernador.
El 15 del mismo mes, la goleta «Ancud» regresó a Chiloé a dar cuenta del cumplimiento de su misión. Chile ya estaba presente en el Estrecho de Magallanes.
Fuente: Armada de Chile.