La regionalización impulsada por el régimen de facto en el período 1974-79 significó en la práctica, crear una nueva división política administrativa en Chile. Magallanes se transformó así en la XII Región del país, dividida en provincias y comunas. De esta manera, se establecieron las provincias de Magallanes, con las comunas de Punta Arenas, San Gregorio, Laguna Blanca y Río Verde; de Antártica Chilena con las comunas de Navarino (Cabo de Hornos desde el 2001) y Antártica; de Tierra del Fuego, con las comunas de Primavera, Porvenir y Timaukel y de Última Esperanza, con las comunas de Puerto Natales y Torres del Paine.
La regionalización creó una ‘nueva ruralidad’ en Magallanes facilitada por la implementación de la contrarreforma agraria impulsada por la dictadura entre 1975 y 76. De pronto, aparecieron como propietarios de tierras gente que en su mayoría, nunca habían tenido participación en el agro: dueños de pequeñas carnicerías, medianos empresarios y comerciantes, quienes desde un principio, apoyaron incondicionalmente el golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973. No es de extrañar entonces, que desde aquel entonces, la derecha política vinculada a los nuevos dueños de la tierra magallánica, convirtieran a las comunas rurales en verdaderos feudos de los sectores más conservadores, una tendencia que se mantiene hasta nuestros días.
El ex alcalde Jorge Vega Germain junto a otros cómplices, fue condenado en primera instancia por fraude al Municipio de Punta Arenas, en marzo de 1986.
Pese a que la población en estas comunas rara vez superaba el medio millar de personas, las disposiciones legales vigentes les permitieron constituir corporaciones con alcalde y unidad administrativa compuesta por varios funcionarios de planta, muchos de los cuales, se mantuvieron en sus labores, incluso cuando entró en vigencia la nueva ley de municipalidades a comienzos de la década del 90. Así las cosas, las llamadas comunas rurales pudieron tener un edil y cinco o seis concejales, al igual que las municipalidades ubicadas en las capitales provinciales; Después del 11 de septiembre de 1973 hasta la celebración de los primeros comicios libres en junio de 1992, todos los alcaldes en el país fueron designados por las autoridades militares decisión que se arrastró también, durante la primera mitad del gobierno de Patricio Aylwin, cuya administración promovió la nueva ley de municipalidades, un proyecto votado favorablemente en el Parlamento y que estableció la elección de autoridades comunales cada cuatro años.
En Punta Arenas los alcaldes nominados por la dictadura fueron, Carlos Turina Blazina (1973-74), Carlos Soto Pellizari (1974-77), Santiago Violic Vlasteliza (1977-79), Jorge Vega Germain (1979-82), Eduardo Menéndez Glasinovic (1982-89) y el mencionado José Andrade Urzúa hasta el 11 de marzo de 1990. El gobierno de Aylwin escogió al militante radical Juan Poblete Silva para que liderara a la comuna hasta que asumieran las nuevas autoridades, -alcalde y concejales- elegidos por votación popular.
El alcalde de Punta Arenas 1982-89 Eduardo Menéndez Glasinovic, (de montgomery, en el medio de la foto) realizando una visita en terreno en Playa Norte.
En Puerto Natales se sucedieron en el cargo, Daniel Andrade Álvarez, (1973-74), Félix Dillems Hill (1974-1981), Jaime Soto Bradasich (1981-84), Gastón López Gallardo (1984-89) y nuevamente Félix Dillems Hill, que además, completó la transición hasta 1992.
En Porvenir, los alcaldes designados fueron, Mario Ortiz Figueroa (1973-74), Óscar López Bustamante (1974-75), Héctor Ulloa Barría (1975-76), Juan Reuch Veas (1976-78), Malva Mancilla Bustamante (1978-81), Humberto Molina Reyes (1981-84), Gerardo Pérez Rosales (1984-87) y Fernando Callahan Giddings (1987-92).
A esta realidad hay que agregar, en el verano de 1986, la fundación de la Ilustre Municipalidad de Cabo de Hornos con asiento en Puerto Williams, la cual entró en funcionamiento el 19 de junio de aquel año. Su primer edil fue el ex oficial de ejército José Andrade Urzúa, quien más tarde asumió el mismo cargo en la Municipalidad de Punta Arenas. En Río Verde, la municipalidad constituida desde 1986 tuvo como primera alcaldesa a Violeta Ivelich Davet quien estuvo en el puesto hasta 1992. En San Gregorio en cambio, los primeros alcaldes designados fueron los militares Alexis Boudon Louis (1981-84) y Alcides Lagos Rosas (1984-92) después, elegido democráticamente hasta 1996.
Juan Poblete Silva alcalde de la transición al nuevo sistema municipal, (1990-92) se preocupó esencialmente de mejorar las vias de acceso y los servicios de la ciudad de Punta Arenas.
La promulgación de la Constitución de 1980 entregó a las municipalidades chilenas el peso de administrar la educación y la salud pública. En Punta Arenas las dificultades no se hicieron esperar. La nueva Corporación parecía dejar pérdidas y los alcaldes claramente se veían superados ante la nueva realidad que debían enfrentar, como aconteció con Jorge Vega Germain que además, fue acusado en primera instancia, de fraude y malversación de caudales públicos junto con el secretario del departamento de educación, Carlos Iñíguez, sentencia decretada por el fiscal subrogante Raúl Mera, el 19 de marzo de 1986.
Para ese entonces, Eduardo Menéndez Glasinovic ejercía la alcaldía en la principal comuna de la región. Había asumido su alta responsabilidad en 1982, en medio de la compleja situación económica que afectaba a Punta Arenas. En los ocho años que duró su mandato, se reveló como un funcionario trabajador, probo, austero, que devolvió la confianza de la comunidad en el accionar municipal. En la misma línea, sirvió el abogado Juan Poblete Silva, un antiguo jefe de la Contraloría Regional de la República, preocupado de mejorar la infraestructura en la ciudad y especialmente, las vías de acceso en el Barrio 18 de septiembre.