La historia de Fernando Karadima fue uno de los casos más emblemáticos de la Iglesia Católica chilena en materia de abusos sexuales. El ex sacerdote murió a los 90 años en el Hogar San Juan de Dios y, según consta en su certificado de defunción, falleció producto de una bronconeumonia, insuficiencia renal, diabetes melitus e hipertensión arterial.
Cabe recordar que Karadima había sido expulsado del sacerdocio luego que se comprobara que cometió delitos sexuales. Hace algunas semanas había concurrido hasta la urgencia del Hospital Clínico de la Universidad Católica por problemas cardiacos, donde no pudo ser atendido de inmediato ante la alta ocupación de camas por el covid-19.
Las denuncias salieron a la luz pública en 2010, cuando Juan Carlos Cruz, James Hamilton y José Andrés Murillo denunciaron por primera vez en medios de comunicación los vejámenes sufridos a manos de Karadima en la parroquia de El Bosque en Providencia. Luego de eso se llevó a cabo una investigación canónica que halló culpable al exprelado. La condena significó la prohibición de ejercer el sacerdocio y retirarse a una vida de oración y penitencia.
Sin embargo, la justicia chilena determinó que los delitos del ex religioso de la Iglesia Católica habían prescrito, aunque la ocurrencia de estos fue acreditada.
Las víctimas no quedaron conformes con las decisiones que se habían tomado y siguieron insistiendo en buscar justicia y demandaron al Arzobispado de Santiago para buscar una sanción civil. Finalmente, se determinó una indemnización de $441 millones que no fie apelada por la Iglesia.